ESTREÑIMIENTO: AGRESIÓN INTESTINAL.

El estreñimiento es el síntoma de que algo estamos haciendo mal. Es un aviso que nos da nuestro cuerpo para que reajustemos ciertos hábitos alimentarios, mentales y emocionales (negativa a abandonar viejas ideas, estancamiento en el pasado o temor de liberar lo viejo y que ya no se necesita).
¿Os podéis hacer una idea de la basura que podemos llegar a acumular en nuestros intestinos? Lo grave es que cuanto más tiempo estén en ellos más daño nos causarán ya que las toxinas pasarán al torrente sanguíneo contaminando nuestro organismo y además tanta cantidad de excrementos no expulsados deforma nuestro intestino grueso, dificultando la evacuación.
El intestino grueso funciona por una alternacia rítmica de expansión y contracción. Si queda muy contraído y constreñido, no puede expandirse y por lo tanto deja de trabajar. Si queda muy expandido y suelto, no puede contraerse, y ocurre lo mismo.
Conozco gente que está enganchada a estas clínicas de hidroterapia de colon ya que se ‘ponen las botas’ de comida animal, grasienta y basura y luego se van a que les pongan el tubito para que les hagan una ‘colada’. Decir que en estas actividades hay que tener mucho cuidado ya que a la larga después de varias sesiones nos debilitan la actividad peristáltica normal del colon eliminando nuestra flora intestinal, y creando un lugar estupendo para las bacterias ‘malas’ y bajando nuestras defensas para que vengan infecciones, entre otras cosas.
El consumo contínuo de alimentos grasos (carnes grasas, aceites hidrogenados, aceites vegetales refinados, comida fast-food), lácteos (yogures, leche, quesos) y productos farináceos (bollería, galletas, panes industriales) contribuye a los dos tipos de estreñimiento creando una acumulación de mucosidades y grasas en nuestros intestinos. También decir que no masticar lo suficiente los alimentos contribuye al estreñimiento.
Lo que quiero que quede claro es, que los intestinos son el punto de partida de muchas enfermedades, es decir, es el origen de la bronquitis, cistitis, asma, amigdalitis y jaquecas.
Hay mucha gente que sólo medianamente estreñida toma laxantes (en vez de hacer algún pequeño cambio en la alimentación) y puede inciar un ciclo vicioso de defecaciones seguidas de estreñimiento, seguido de la necesidad de tomar más laxantes (la industria farmacéutica nos tiene bien entretenidos junto con su mayor proveedor de clientes, la industria alimentaria).
Como vemos la industria farmacéutica (far-mafia) tiene laxantes para todos los gustos, productos químicos que utilizamos por haber consumido alimentos químicos que nos estriñen…
La fuente más conocida de fibra insoluble (da volumen a las heces) y más recetada en los últimos años es el salvado de trigo.
Este ‘caos intestinal’ que tenemos a veces es porque muchos dietistas recetan a sus pacientes galletitas de salvado, cereales all bran y todo tipo de dulces con salvado de trigo para vender la marca de una cierta franquicia que se las da de sana y natural, como la vida misma. Además tengo que decir que el salvado de trigo contiene ácido oxálico que arrastra minerales esenciales como el hierro. ¿No os parece su aspecto comida de perro? Las cajas son muy monas y esbeltas pero el interior es plástico puro.
Si comiéramos a la una del mediodía nuestro estómago terminaría sus tareas laboriosas sobre las cinco de la tarde.
los residuos pueden tardar desde cinco horas hasta algunos días en hacer la última parte del trayecto por el intestino grueso. Los desechos líquidos se convertirán en heces.
lo ideal sería que una comida no tardara más de 12 horas en dar fruto y dos visitas al baño en veinticuatro horas sería lo mejor para una persona sana con hábitos sanos y mente sana.
Es importante tener nuestras cañerías bien cuidadas y en perfecto uso para dejar de lado toda mediocridad y basura. Es importante saber deshacerse de lo viejo para que haya sitio y lugar para lo nuevo.
Yo Isasi

GASES E HINCHAZÓN ABDOMINAL

Los gases intestinales llamados también flatulencias, aerofagia o meteorismo son un signo de que algo no anda bien y suelen estar relacionados con nuestro estilo de vida, alimentación y nuestro estado emocional.
Veamos detenidamente quiénes son los culpables de estos ‘airosos aires’: leche, queso, yogur, leche de soja, salvado trigo (cuánta gente todavía lo espolvorea en su yogur en el desayuno), azúcar, productos elaborados con harina de trigo (pan, galletas, bollos, repostería y pasteles), legumbres (se digieren mejor pasándolas por el chino al eliminar las pieles), verduras como brécol, coliflor, remolacha, cebolla, acelga, espinaca, alcachofa, una ingesta excesiva de lechuga o ensaladas, excesiva ingesta de frutas, bebidas carbonatadas y cervezas (beber directamente de la lata empeora el hinchazón y los eructos).
Ahora echemos un vistazo a ver qué es lo que aumenta tener gases: comer más de la cuenta, hablar mientras se come o comer muy deprisa, mal funcionamiento del hígado, pérdida del equilibrio de la flora intestinal, engullir la comida en vez de masticar (así tragamos mucho aire), masticar chicle (más aire), utilizar batidora (introduce aire en el alimento) para hacer purés, es mejor el pasapurés manual, estreñimiento, uso de laxantes durante muchos años…
Comamos sentados (comer de pie es un gran agravante) en un ambiente relajado, masticando y siendo conscientes de que estamos comiendo, no ingerir grandes cantidades de líquidos durante las comidas, al terminar intentar reposar la comida aunque sea unos minutos y no atiborrarnos a grandes cantidades de alimentos con fibra. Intentar encontrar el equilibrio y ante todo evitar el extreñímiento pero sin utilizar laxantes agresivos.

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