PURA VITAMINA QUÍMICA

Cuando se habla de vitaminas y minerales directamente pensamos en pastillas y complementos perdiendo la noción de que las verdaderas vitaminas se encuentran en los alimentos.
Los suplementos vitamínicos y minerales han de considerarse medicamentos. Van suplir la carencia que se ha creado a causa de tomar alimentos parciales o incompletos como el azúcar o la harina blanca.
Pero la persona que sigue una alimentación de alimentos completos, es decir, integrales, las vitaminas extra resultan inútiles y sólo van a crear un desequilibrio donde no había ninguno.
Las sustancias de un solo elemento, como las vitaminas o minerales, no pueden sanar verdaderamente, porque en sí mismas no son completas.
Es importante que no contengan sustancias como excipientes de relleno o aglutinantes, ni ingredientes artificiales que hacen más difícil su absorción y ésto es muy difícil de conseguir en los suplementos que venden en las farmacias.
Los conservantes, pesticidas, el abuso de carnes, los productos refinados, el alcohol, el tabaco y algunos medicamentos aumentan las necesidades de vitaminas, ya que las destruyen o impiden su utilización.
Si tenemos que tomar suplementos vitamínicos es aconsejable tomarlos con alimentos ricos en esas vitaminas ya que se ayuda al organimo a metabolizar un producto sintético y facilita su acción.
Evitar los alimentos refinados y procesados ya que se les añaden vitaminas y minerales químicos en cantidades por encima de nuestras necesidades provocando desequilibrios metabólicos y pérdidas de nutrientes. El pan blanco, la harina refinada y el arroz blanco tienen más cadmio que zinc ya que éste último se desecha en el refinado. Estos dos minerales son antagonistas y un exceso de cadmio afecta a la concentración de zinc en los tejidos.
Los metales pesados, como el plomo, mercurio, cadmio, arsénico y aluminio, desgastan las reservas de ciertos nutrientes que se utilizan para desintoxicar al organismo y a la vez inhiben la entrada de minerales en las células.
En los estados de ansiedad se multiplican por cinco las necesidades normales de calcio. El estrés agota las glándulas adrenales y ocasiona pérdidas de nutrientes. Se agotan las reservas de magnesio y potasio, los aminoácidos carnitina y glutamina, vitamina C, zinc, coenzima Q10. Por otro lado un buen nivel de nutrientes nos ayudan a adaptarnos mejor al estrés, como el zinc, selenio y vitaminas A, E y C.
Incluso tomar demasiadas vitaminas pueden dañar el riñón, el hígado o el corazón. Un exceso de acumulación de vitaminas liposolubles puede provocar fatiga o estreñimiento (en el caso de la vitamina A), náuseas y transtornos en la coagulación de la sangre (vitamina E), daño renal y cardiovascular (vitamina D). Ante un consumo exagerado, éstas pueden dar más problemas e incluso producir algunos cánceres.
Cocinar los alimentos en exceso disminuye su contenido vitamínico. Y la toma de algunos medicamentos contribuye a la destrucción de vitaminas como los antibióticos y los laxantes que destruyen la flora intestinal alterando los niveles de vitamina B12.
tomando suplementos sintéticos no vamos a arreglar nuestras carencias, que nuestro cuerpo es más complejo y lo que necesita de verdad es una buena nutrición con alimentos auténticos y no manipulados ni procesados para conseguir todos los verdaderos nutrientes que nuestro organismo necesita ya que estos suplementos aislados como entran se van y algunos entran, crean desbarajustes y nos dejan peor de lo que estábamos.

PESCADO, ELIGE CALIDAD

Creo que ya es hora de saber la ‘tomadura de pelo pescatera’. Es mucha información, la cual he resumido y he intentado que sea un artículo informativo pero ameno para vosotros.
Actualmente, la productividad de los océanos no da más de sí, y es la acuicultura la que está tomando el mando.
Hoy por hoy es muy difícil encontrar o elegir pescado y marisco de manera responsable y sostenible.
El pescado y el marisco presentan una serie de peligros inmediatos para la salud, desde bacterias y virus hasta parásitos, contaminantes y toxinas extrañas.
Las sustancias más peligrosas son los metales pesados (mercurio, plomo, cadmio y cobre) que causan lesiones cerebrales en los humanos y los contaminantes orgánicos (dioxinas y los PCB) que causan lesiones en el hígado, cáncer y trastornos hormonales, acumulándose en la grasa del cuerpo.
La enfermedad de Minamata es una intoxicación causada por ingerir pescado y marisco de zonas con altos niveles de mercurio.
Los moluscos crudos o poco cocinados son los más propensos a causar infección por microbios y bacterias. Estas infecciones se pueden evitar si se cocinan a un mínimo de 60ºC, pero para eliminar además los virus se necesitan temperaturas de más de 82ºC.
La ‘intoxicación por el marisco’ se caracteriza por picores, entumecimiento y debilidad a los minutos u horas de haber comido. Sus toxinas no se destruyen al cocinar y algunas incluso se vuelven más tóxicas cuando se calientan.
El Anisakis es un parásito que cuasa un picor en la garganta y a veces invade la pared del estómago y del intestino delgado causando dolor, náusea y diarrea. Se suele encontrar en el arenque, la caballa, el bacalao, el halibut, el salmón y el calamar y se puede contraer por comer sushi o preparaciones marinadas o saladas ligeramente o ahumadas en frío. Este parásito es vulnerable a la congelación, así que para eliminarlo debemos cocinar el pescado a un mínimo de 60ºC, aunque lo ideal es congelarlo a -35ºC durante 15 horas o a -23ºC durante siete días, tratamiento que no se puede aplicar en nuestros frigoríficos domésticos, ya que rara vez bajan de -17ºC.
Lo primero que debemos hacer para evitar el deterioro es un lavado concienzudo con agua fría, secarlo y envolverlo en papel encerado; mantenerlo en hielo picado o escamas finas.
Para el atún en lata se utilizan muchos aditivos para mejorar el sabor y la apariencia, como el glutamato monosódico o GMS (del E621 al E635 de efectos tóxicos) y proteínas hidrolizadas que pueden provocar síntomas como náuseas, vómitos, diarreas, reacciones alérgicas.
Pregunta, conoce su procedencia, su forma de extracción, su tiempo fuera del mar. Tenemos el derecho a saber qué estamos comprando, consumiendo y en qué condiciones; de ello depende nuestra Salud.

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