ACIDEZ, REFLUJO ÁCIDO, ÚLCERA y HERNIA DE HIATO
Todos estos nombres y algunos más provienen de un mal común: comida que no nos ha sentado bien que hace que el sistema digestivo se vea forzado y no sepa por dónde empezar con tanta comida desequilibraba.
El ácido clorhídrico tiende a disminuir a medida que nos hacemos mayores. Pero hay gente que suele tener todo lo contrario, es decir, una gran acidez sobre todo después de las comidas con regurgitaciones de ácido y a ésto se le llama reflujo gastro-esofágico, esofagitis (inflamación del esófago) o simplemente ardor. Este reflujo ácido tiene lugar cuando el esfínter esofágico interior no se cierra bien y hace que el contenido ácido del estómago retroceda hacia la tráquea. Este esfinter en condiciones normales siempre está cerrado menos cuando tiene que pasar la comida.
Debemos saber que los antiácidos, protectores estomacales, antihistamínicos y antibióticos estan ocultando los síntomas ya que no van a la raíz, es decir, no nos curan la condición y además nos causan otros desagradables efectos secundarios. Y seremos propensos a más infecciones, recaídas y tendremos que volver a tomarlos. Es un círculo vicioso que no tiene fin.
Así que lo mejor sería hacer un cambio importante en nuestra alimentación sabiendo qué alimentos nos perjudican y cuáles nos benefician.
La hernia de hiato es una proporción del estómago que se introduce en la cavidad del tórax a través del diafragma y es una de las principales causas de ardor.
La más común es la hernia deslizante que es cuando una parte de la pared del estómago y la parte inferior del tubo del esófago invaden la cavidad torácica creando una presión hacia arriba empujando el ácido y/o la comida sobrepasando el esfínter esofágico y apareciendo el ardor y el reflujo ácido.