PIEL, TAN SUAVE COMO LA MIEL
Ninguna crema, por muy milagrosa que nos digan que sea, va a curar nuestros problemas de piel ya que la raíz está en el interior de nuestro cuerpo y la piel es la zona que nos avisa que hay algo que va mal en nuestro organismo.
Todas las pociones químicas que nos venden muy rara vez dan resultados, a no ser que tengan corticoides que lo único que hacen es esconder el problema ya que cuando dejamos de utilizarlas vuelve a aparecer.
Las cuatro causas principales de los trastornos de la piel son: Exceso de grasas, proteínas animales y azúcar; exceso de agua mineral; disfunción orgánica de nuestros riñones o pulmones; y problemas emocionales. Y me dejaría una quinta, que es ducharse con el agua que actualmente sale de nuestros desagües que está creando una ‘especie de alergia’ al agua llamada potable.
Así que la abstención o eliminación de ciertos alimentos se convierte en medicinal sin tener que acudir a fármacos o potingues.
Los complejos vitamínicos y minerales sintéticos y la sal yodada son los principales culpables de nuestro acné. También los esteroides y otros medicamentos convencionales están relacionados con el acné.
El mal funcionamiento de nuestros órgnanos también se manifiestan en forma de psoriasis, ezcemas, descamación, picores, supuración o reacciones alérgicas. Un cambio de nutrición sencillo a base de cereales integrales, legumbres y verduras cocidas, evitando carnes, lácteos, azúcares, cereales refinados, exceso de frutas, mantequillas de frutos secos y alcohol es más efectivo que gastarse miles de euros en potingues, diferentes cremas con petróleo, jabones sintéticos, maquillajes…
Quiero hacer una puntualización hablando de la administración de la cortisona y sus derivados que, aunque sus efectos son rápidos y espectaculares, nos hacen creer erróneamente en la curación cuando en realidad actúa en los síntomas pero no sobre la causa de la enfermedad ya que entorpece la función de las glándulas suprarrenales, es decir, entorpece la función del riñón y de la vejiga; favorece la retención de sodio de la cual a ésto le siguen alteraciones cardíacas y renales; se observan inflamaciones de la mucosa estomacal; y predispone a las infecciones.
No quiero olvidarme de la parte emocional, muy importante, ya que muchas de las emociones que nos guardamos o que no expresamos salen por nuestra piel.